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Foto del escritorIgnacio Ordonez

OID cumple 20 años convirtiendo diseños en buenos negocios

En el 2001, Ignacio Ordoñez funda Ordoñez Industrial Design con el objetivo de transformar estratégicamente ideas en productos masivos deseables.

Un recorrido, de la mano de su creador, por el proyecto que nació como una solución de Concept Design y hoy es un servicio 360° con capacidades productivas internacionales.



En 20 años de trabajo, Ordoñez Industrial Design pasó de ser uno de los pocos estudios de diseño industrial del país, a ofrecer un servicio full circle (360°): un equipo interdisciplinario, con metodologías de trabajo específicas y un servicio que comprende la gestión de producción de manera local e internacional, en China.


El estudio nace de una fuerte vocación de Ignacio Ordoñez, fundador y director de OID. Después de recibirse de Diseñador Industrial y de trabajar en distintas empresas conectadas a la arquitectura, decide emprender su propio camino en busca de resolver necesidades de diseño que tuviesen múltiples empresas nacionales.




PRIMEROS PASOS: EDUCAR AL RUBRO


Si bien el objetivo de Ignacio era claro: ofrecerle a las empresas de diversas industrias sus ideas para mejorar sus productos, a la hora de conversar propuestas se encontraba con que muchas de ellas ni siquiera sabían que existía la profesión del Diseñador Industrial. Aquellas primeras entrevistas, más que ayudarlo a vender sus servicios, contribuyeron a educar al rubro en las posibilidades del diseño. Faltaba, entonces, un poco más de tiempo para que pudieran encargarle trabajos.


Ya en ese primer año de encuentros y charlas, Ignacio empezó a recibir pedidos. Los primeros años de OID se enfocaron en brindar soluciones de Concept Design, en ofrecer servicios de asesoría y consultoría, además de resolver diseños parciales para desarrollos que ya estaban en curso: "Al comienzo no eran necesariamente diseños de un producto en sí mismo, sino que podían ser intervenciones técnicas parciales o mejoras incrementales. A veces re trabajábamos documentación técnica de piezas que hacían los ingenieros de las compañías y otras nos ocupábamos de la estética que la empresa quería darle a su desarrollo”.


VISIÓN INTERNACIONAL Y SERVICIO 360°

A los cinco años de comenzar con OID, Ignacio decidió llevar adelante una estrategia global que le permitiera al estudio expandirse a otros mercados y no depender 100% del argentino, que venía atravesando severas y sucesivas crisis: "El primer paso fue exportar nuestras soluciones a otros países con la proyección de la empresa fuese global. No quería que fuese un servicio unidireccional desde Argentina vendiendo hacia el exterior, sino ser completamente globales, estando en distintos sitios, ofreciendo diferentes servicios a distintos mercados”, explica el fundador de OID.


Así fue como Ignacio abrió las puertas de su estudio en busca de que se afianzara en otros países del mundo de manera local para los mercados locales. Hoy OID tiene presencia y clientes en distintos lugares del mundo pero con una base en Idaho, Estados Unidos, además de la posibilidad de producción local en Hong Kong, China.


Este es el momento que Ignacio entiende que su proyecto llegó al punto de ser 360°: "Con nuestra presencia y producción en Hong Kong logramos cerrar el círculo completo, ya que esta etapa se sumaba al servicio ya establecido de consultoria, desarrollo conceptual e implementación. Ya podíamos tomar un requerimiento, crear una idea y completar el circuito hasta su producción”.




UN EQUIPO EN BUSCA DE NUEVOS DESAFÍOS

Después de tantos años de trabajo y de formación -como un posgrado en Gestión Estratégica de Diseño e Innovación-, Ignacio siente que llegó la consolidación de su equipo de trabajo:


“Cuando hay un ambiente de trabajo amigable y constructivo, donde uno puede confiar en el otro, hay un verdadero equipo".


A su vez el fundador de OID cree que la cuarentena, a causa de la pandemia COVID-19, permitió que cada miembro del staff se luciera en sus atributos, demostrando independencia y resolución en sus tareas.


En la actualidad, ya volviendo a la normalidad, Ignacio destaca que uno de los momentos donde más se disfruta el trabajo en conjunto es en los workshops internos. Es cuando todos participan en simultáneo, en un encuentro divertido y relajado en el que dibujan y debaten ideas para resolver el desafío que hay sobre la mesa: "Todos participamos de los proyectos en distintos momentos, pero me gusta encontrarnos en el workshop, que es una situación muy íntima del equipo donde todos hacen valiosos aportes”.


Otro de los momentos favoritos del full circle que Ignacio disfruta es la etapa de prototipado, que según él es “la primera puerta a la materialización del proyecto''. Cuando se pasa de lo virtual o del papel a algo físico que se puede tocar y corregir. Aquí es donde también tienen presencia otros miembros del equipo, que son los clientes. Ignacio hace énfasis en la participación que tienen los clientes en todas las etapas de trabajo. En OID no se trabaja a puertas cerradas, sino que cada avance se comparte con quien acercó la solicitud: “El cliente aporta mucho. Es quien detectó la necesidad y quien conoce el mercado y a su competencia. También conoce las capacidades de su propia fábrica y de su equipo. Entonces nosotros tenemos que tener en cuenta todo eso a la hora de hacer un producto ya que debe amoldarse a esa realidad y no al revés. El aporte del cliente es crítico y estratégico”.


Por último, Ignacio reflexiona sobre estos 20 años de emprendedurismo y crecimiento. Destaca el valor de hacer lo que uno disfruta y hacerlo con pasión, encontrándose con otras personas que comparten ese sentimiento. Agrega que a veces sintió que los avances eran muy lentos pero que hoy entiende que cada paso fue crucial para que Ordoñez Industrial Design sea una empresa diferencial y ofrecer una experiencia con una metodología de trabajo probada, un equipo interdisciplinario real y un servicio full circle verdadero.+




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